La mente controladora vs La fe en la incertidumbre

¿Con cuál me siento como pez en el agua?

Quiero empezar mis artículos con este tema en particular por aquello del inicio de año, de mes, los planes y expectativas.

Para ser honesta no tenía nada planificado en detalle como otros años pero sí una idea concreta en mi mente sobre qué quería en mi vida laboral, sin embargo pretendía empezar el nuevo año calendario del mismo modo que siempre, en mi rutina marcada y bajo las mismas formas.

Pensaba qué sería de mi con una vida laboral virtual encaminada y qué necesitaba, era algo que veía lejano. 

También sentía algo dentro de mi, no se bien explicarlo, es esa sensación que te dice ¡Muévete en este sentido! y decidí ver sobre mis estudios una vez más.

Desde hace un tiempo para acá he podido pasar de ser víctima activa de la mente a Observadora y notar como busca sabotear todo tanto con mensajes como con imágenes. 

Entiéndase que en este punto al hablar de este modo significa que me separo de ella y la considera "la mente" y no "mi mente".

Entonces, ella me lleva a controlar cada situación, cada paso a paso e incluso el resultado metiéndome en áreas que no me competen pero sí le corresponde a la vida y sus formas en concretarlo.

Estoy aprendiendo a confiar en la incertidumbre, en aquello Divino y Superior que no sé bien cual nombre ponerle pero sí que ha de existir. Digo estoy aprendiendo porque es un hábito y una forma continua que hay que sostener saliendo del automático y concientizando.

Muchas son las veces en que me rindo, de hecho lo digo "¡Me rindo! Guíame tú con claridad" o "Dame la claridad que necesito aun cuando no sea lo que yo planeo, confío" y no veo nada, no sé nada, estoy a ciegas dando un paso a la vez. 

Ahí entra la mente y mal conecto para luego estar presente, ser consciente y salirme de ese estado y así fluctúo (aunque por fortuna son más las que estoy fuera que dentro).

Hace dos años inicie mi plan online, estricta estructurada, controlando todo y me llevó al agotamiento, crisis de ansiedad y pánico, noches sin dormir y que nada se diera. 

Esta vez necesitaba que fuese distinto y sin duda yo no sabía cómo, sólo sabía lo que sí quería y lo ofrecí; "Guíame con claridad". 

La primera semana de enero me encontré haciéndome la página web e inscrita en el terciario para Psicología Holística y si me preguntan cómo fue sólo puedo decirles que sucedió de la noche a la mañana. Un domingo investigaba porque sentí una fuerte corazonada y un lunes ya tenía ambas cosas.

Esta mañana reflexionaba sobre ello y ahí no intervino la mente, una planificación profunda, estructura, un deber-hacer, nada, sólo esa voz interna que me decía con fuerza "Ve por ahí" y aun sin entender lo hice y aquí estoy, encaminada en año nuevo cuando la semana pasada no tenía ni la más mínima visión de verme en estas actividades y estudiando nuevamente.

¿Qué quiero decir con todo esto? no todo se basa en la mente, control y dominio como nos han hecho creer. Ella tiene un uso y es ser instrumento, no guía. 

Pareciera que este camino que tomé es de vagancia, de no hacer, de esperar que todo caiga del cielo y puedo decirles que he hecho más que nunca en estos días a comparación de antes. 

Se trata de escuchar la voz de la certeza, de la intuición o de este algo superior que te habla cual murmullo y lo sientes en el cuerpo como un vacío o un cosquilleo y te dice exactamente qué hacer y por dónde indagar para empezar. 

No, no se trata de comodidad, es muy incomodo no ver, no tener una agenda repleta. Dentro de la mente y sus formas sabes qué esperar aun cuando sea forzado por ti mismo y eso es un placebo. 

Desde la incertidumbre no ves, solo vas haciendo a medida que se te revela y hace falta amarrarse bien las zapatillas para andar.

Me gustaría que experimentaras el rendirte y soltar el control confiando, pero en serio confiando, que hay algo más grande que tú que sabe qué te conviene y quedarte ahí, haciendo sólo lo que corresponde y esperando que el siguiente paso se revele.

¿Te animas?

Te abrazo fuerte. 

Caro

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