Nuestra vida como piezas que tienen un valor.
Quiero iniciar este post con esta parte de la entrevista hecha a la Psiquiatra Marian Rojas Estapé y va justo de la mano con algo que me dijo una chica hoy:
“Hace poco le preguntaban a un jefe de una de las grandes plataformas de divertimento mundiales cuál era su principal competidor y, en vez de responder lo que todos hubiésemos dicho, dijo ‘el sueño’. Es decir, a nadie le importa cómo estés tú. Tu física, tu biología, tus emociones, lo que les importa es que prestes atención a la pantalla porque eso da dinero”, aseguró.
Para la psiquiatra, este comportamiento está lleno de individualismos y lleva a las personas a una comparación permanente con otras en las redes sociales, plataformas que envían constantemente un mensaje implícito: “no tienes suficiente y puedes mejorar”.“Puedes tener mejor pareja, mejor vida sexual, hijos mejor educados, tener mejor casa, mejor alimentación, mejores vacaciones, lo que tú estás viendo constantemente es a gente que tiene cosas mejores que tú”, opinó.
“Lo siguiente que sucede es que hay un mensaje de culpa, no vales lo suficiente, no lo consigues, no tienes voluntad, te falta inteligencia. ¿Qué genera eso? Un gran vacío”, agregó Rojas Estapé.
Ahora bien, me sucedió esta mañana que una chica de unos 30 y tantos me dice que el chico que le gusta no se fijaría en ella por lo obvio y le pregunto qué sería lo obvio: “Es un tipo de negocios, tiene su casa, su auto y mi estatus es muy por debajo, alquilo, trabajo para otro, ando en bici, no soy atlética como otras y de seguro eso también le gusta. No soy un paquete completo, sólo piezas sueltas y lo que vale es todo armado y completo.
Justo topo con esta entrevista investigando para otro tema y me cae como anillo al dedo. ¿Han notado que nunca es suficiente? Comes sano pero no eres vegetariano. Eres vegetariano pero no vegano. Haces ejercicios pero no levantas pesas y eso es más saludable y hoy está ´on top´. Eres joven pero no tan joven. Tienes un empleo pero qué tan bueno es si podrías estar en otro mejor. Qué tantos seguidores tienes, qué tantos likes y así. Tus fotos tienen que ser más aesthetic. Los instagram es competencia de lujos, “felicidad”, banalidad y sexualidad.
Ella evidentemente también lo ve como un conjunto de piezas y con un valor. Era claro que realmente le gustaba antes de saber todo eso pero luego al enterarse de su vida “perfecta y completa” retrocedió.
El ejemplo es esa chica y él, pero finalmente somos cada uno de nosotros respecto a nuestro valor, el empleo, la casa, el dinero, qué tan felices somos, qué tan feliz es nuestra pareja y así. Son cosas que le vamos dando fichas de valor pero ahí está el detalle de las redes quienes tomaron esas fichas y las llevaron a un nivel imposible de alcanzar.
Nos hemos perdido tanto en lo externo, en cuánto valgo, cuánto vales, cuánto me das, qué tan alta es mi autoestima, mi valor como mujer y el hombre que haga, qué tan alto mi valor como hombre y ella que haga y así vamos, perdiéndonos entre nubes de apariencias y falsedades que terminan siendo máscaras tras máscaras y que luego nos cuesta identificar e ir soltando.
Si hablamos en un nivel más profundo, lo que somos realmente, aquello etéreo que existe antes de nacer y sigue después de morir (ya comprobados por tantos médicos con las muertes clínicas), es que esta realidad, esto que somos, tiene un valor por sí mismo.
La esencia, el Yo verdadero , no tiene autoestima, apariencia, cara que inyectar, cuerpo que presumir, ni cuenta bancaria que engordar. Entonces si eso somos realmente, ¿en qué momento nos perdimos de lo funcional y maravilloso de nuestro cuerpo? ¿de lo funcional que es nuestro cerebro? (y que vamos dejando en desuso con la tecnología) y ¿qué sucede con la existencia misma como medio para experimentarla de una forma distinta?
Siempre decimos que los tiempos de antes eran más sencillos ¿Qué sucede ahora? la tecnología venía a ayudarnos a vivir mejor, ¿eso sienten?
Me parece que más que hablarlo es necesario una toma de conciencia al respecto acompañado de un alejamiento de ello para recuperar el contacto natural que antes existía con nosotros mismos, la naturaleza y los demás.
Eso sin duda implica una depuración pues nuestra mente quedó intoxicada y siempre pide más, pero en el proceso vamos a encontrar nuestro verdadero valor y es un velo que se quita para poder despertar en esta matrix.
¿Has visto cuánto suman tus fichas de valor personal y existencial?
¿Qué opinas?
Te abrazo fuerte.
Caro.
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