03 Mar
03Mar


La tendencia a “obsesionarnos”  o crear un apego con una persona que no nos conviene puede tener varias explicaciones desde el punto de vista psicológico y emocional. 

Aquí hay algunas razones clave que podrían influir:


+ Idealización y necesidad de validación:


Cuando nos sentimos atraídos por alguien que no es bueno para nosotros, a menudo idealizamos a esa persona. Proyectamos nuestras expectativas y deseos en ellos, viéndolos como la solución a nuestras inseguridades o vacíos emocionales. 

Este proceso de idealización puede hacernos sentir que necesitamos a esa persona para sentirnos completos o validados, incluso si sabemos que esa relación no es saludable. 

La validación externa, especialmente en relaciones románticas, puede ser muy adictiva, ya que nos da una sensación temporal de autoestima.


+ Patrones de apego:


Desde la psicología del apego, algunas personas pueden desarrollar un estilo de apego inseguro, como el apego ansioso, que las lleva a volverse dependientes emocionalmente de los demás. Si alguien tiene un apego ansioso, puede sentir una necesidad constante de aprobación o atención de la otra persona, lo que puede hacer que se obsesionen con una relación, incluso si esa persona no les es beneficiosa. Además, algunas personas que crecieron en entornos donde el amor o la atención eran inconstantes pueden caer en relaciones donde hay mucha "montaña rusa emocional", lo que, a pesar de ser dañino, se vuelve familiar y adictivo.


+Refuerzos intermitentes:


En muchas relaciones, especialmente aquellas que no son saludables, puede haber un patrón de recompensas intermitentes. Esto significa que la persona que te interesa te da algo positivo de vez en cuando (por ejemplo, atención, afecto o intimidad), pero de manera impredecible. La incertidumbre y la falta de consistencia crean un efecto psicológico similar a la adicción. 


El cerebro, buscando más de esa recompensa, se engancha en la expectativa de que eventualmente recibirás más "validación" o "amor" de esa persona, incluso si te está haciendo daño.


+ El temor a la soledad o el rechazo:


El miedo a estar solo o al rechazo puede llevarnos a aferrarnos a relaciones que no nos convienen, ya que preferimos la compañía, aunque sea destructiva, antes que enfrentarnos a la incomodidad de la soledad. Este miedo puede hacer que permanezcamos en una relación que nos causa dolor, ya que sentimos que estar con esa persona es mejor que no estar con nadie.


+ Búsqueda de lo "prohibido" o lo "desafiante":


A veces, la atracción por alguien que no nos conviene está vinculada a una sensación de desafío. Nos gusta la idea de "salvar" a alguien, cambiarlo o probar que podemos hacer que funcione, especialmente si hay una atracción fuerte y una química intensa. Esta idea de "romper barreras" o "superar obstáculos" puede ser adictiva, porque activa nuestro sentido de logro o de poder personal, incluso si a largo plazo la relación nos trae más daño que beneficio.


+ Repetición de patrones pasados:


Si hemos tenido experiencias pasadas de relaciones disfuncionales o hemos sido expuestos a dinámicas familiares problemáticas, es posible que inconscientemente busquemos repetir esos patrones. 

De alguna manera, nuestras mentes pueden tratar de resolver antiguos conflictos emocionales (aunque de forma no saludable), lo que nos lleva a estar obsesionados con personas que nos recuerdan situaciones o figuras familiares que no nos hicieron bien.


+ Falta de autoconocimiento y autoestima:


La falta de autoconocimiento o una baja autoestima pueden influir en esta obsesión. Si no tenemos una idea clara de lo que realmente necesitamos en una relación o de lo que merecemos, podemos quedarnos atrapados en una dinámica de búsqueda constante de algo que no nos llena completamente. La obsesión puede surgir como una forma de llenar ese vacío interno, aunque no se base en lo que realmente nos beneficia o nos hace felices.


+ Adicción emocional:


Algunas personas desarrollan una "adicción emocional" a las relaciones intensas, especialmente si están marcadas por altos y bajos emocionales. El cerebro se acostumbra a la excitación que viene con el drama o la incertidumbre de una relación tumultuosa. Esta montaña rusa emocional puede ser muy atractiva, incluso si al final te deja con más angustia que satisfacción.


¿Cómo superarlo?


Romper este patrón puede requerir tiempo y 

autocomprensión. Aquí algunos pasos que pueden ayudar:


-Reconocer el patrón: 


Identificar que estás obsesionado con una relación que no te conviene es el primer paso. Aceptar que te sientes atrapado en una dinámica destructiva es clave para cambiarla.


-Trabajar en la autoestima: 


Fortalecer la autoestima y la independencia emocional puede ayudarte a dejar de buscar validación fuera de ti mismo.


-Establecer límites claros: 


Aprender a poner límites saludables en las relaciones puede evitar que te quedes atrapado en dinámicas dañinas.


-Buscar apoyo: 


Hablar con un terapeuta o un consejero puede ser útil para entender por qué te sientes atraído por personas que no te hacen bien y para desarrollar formas más saludables de relacionarte.


Superar el apego por una relación insana requiere paciencia y trabajo interno, pero con el tiempo y el apoyo adecuado, es posible crear relaciones más equilibradas y satisfactorias.


Te abrazo fuerte.

Caro.

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